¨
El hombre que nos lleva 1999. Lisboa. Lisboa es una bella casa colonial, antigua, grande y descolorida.
Lisboa es una linda niña muy bien educada, ni cursi, ni hija unica, ni mal hablada, aunque por la noche como diria una pelicula barata, se acorta la falda y se remanga la braga.
Lisboa es un antiguo distrito imponente muy bien concevido pero ahora dejado y solo pintado por sus vecinos.
Lisboa es una luminosa plaza muy habitada pero de apariencia algo vacía con voraces palomas que te atosigan.
Lisboa blasonada mansión apuntalada y ahora divida en un patio de vecinos con mil rellanos con madres algo mayores mandando a sus hijos para adentro porque se hace tarde.
Lisboa es un viejo Cadillac casi cubano.
Lisboa tiene escondidos a todos sus hombres echando la siesta en habitaciones aposta humbrías roncando suave con el reloj viejo que les cuenta un cuento para que al despertar no tengan malos pensamientos.
Hombre echandose la siesta y Mujer cocinando. Lisboa 1999. La suciedad de sus fachadas no existe porque esa mugre, desconchones y desolación son marcas de naturaleza de su alma vieja. La decadencia señorial de unas vías muertas en una estación blanca de azulejos que dan ganas de morderlos, hombre muy digno con su banderin y gorra de felpa dando las salida a un repintado lusitania express en la estacion vieja. Noches que resbalan por las casas y caen por sus valcones y te sientes como en pijama pero en medio de por ejemplo alfama. En esa casa hay una niña hermosa y moderna, que ilustra con pinturas nuevas y combierte las viejas telas en ropa que yo pienso que hasta huelen a lo que dibujado tienen y que mas que modernas son bellas y atemporales..
Niña hermosa y moderna camino de la tienda de retales, Lisboa 2003. Por esa casa grande juega un niño con un tranvía de jugete, madera y sombreros viejos, señores que te roban carteras con cara de seguir dormidos en su horario tan sufrido, ellos viven acostumbrados al te a las cinco o mejor aun comer un bocadito salado y quitarse la legaña al desyunar en el Chiado.
L
adrones de tranvias, delatado por su bigote y esa forma tan introvertida de robar. Lisboa 1999.
Un hombre serio que te sonrie con una copa de vino verde, una madre que te cocina y tu piensas que solo le gusta prepararte a ti la cena. latitas de pate de sardinas y mantelitos a cuadros. Bares sucios con clientes limpios, bares limpios con clientes sucios. Imaginacion aplicada a lo que haga falta y no a lo que quieras, osea artistas que con una vieja nevera te crean una nueva y te la llenan juegetes antiguos. tu mirando atontado te quedas y te comes un cochecito de plastico y madera pensando que es un pastel de crema. Lisboa un dia fué a Barcelona y Madrid, les robó algo que todabia andan buscando por alli, Besos acalorados despues de una cena en el barrio alto sin esperartelo o un gato negro que no quiere trato debajo de un coche blanco que no tiene dueño.
Beso despues de una cena en el barrio alto. Lisboa 1999. Lisboa es una muy antigua tienda de esencias, madera polvorienta, botes de cristal ingles y mil cajoncitos. Regentada por una elegante anciana de 100 años que tu te quedas prendado de su mirada tan bella, y de paso miras emocionado tambien a su nieta de veinte años y sueñas con tener 100 a su lado aunque sea vendiendo mas que unos frascos.
En Lisboa vive un monstruo sensible que escondido en las miradas que le esquivan pide a los transeuntes un poco de dinero que no es para comprar mas que tonterias y de paso cobrarse a los que le miran unas pocas de lagrimas secas.
Niño enganchado al tranvia con prisa porque su madre lo llama para ir a casa. Lisboa1999.
Al final me quedo solo tomando un vino limpio en un sucio bar destartalado, escuchando a una anciana con el brazo escayolado cantando a unos estudiantes progres y a unos viejos ladrones de tranvias jubilados.. llora cantando un hiriente y sensible fado.