jueves, junio 23, 2005

Perpetuum Mobile

El mundo da vueltas a mi alrededor, rotor engrasado perpetuum mobile infatigable, noto su esferica velocidad, gente que patinando me roza, deslizandose a mi alrededor borrosos sin obturacion, a veces da vertigo sentir su ritmo, si quiero salto si me da la gana brinco. Un dia fuimos dos barquitos veleros cruzando el abismo de los antiguos mapas carcomidos, dos jovenes piratas de tesoros escondidos, hoy somos paginas amarillas rellenas de crucigramas. Las veo quemadas por el sol de un kiosko mal orientado, con un pigmento mal virado con una triste portada que nadie a comprado, renglones que seran seran rellenados en una mañana de fria espera, en una linea de metro equivocado o en una gris sala de espera.
Fez barrio d elos ceramistas, Marruecos. 2005

Siento tu tristeza como la mia en tus ojos. Me imagino como si fuera una revista que no se responsabiliza de las opiniones vertidas. Yo no soy responsable de sentir lo que siento, lo que un corazon descontrolado, un higado sensible y un pulmon encharcado dicen sobre ti. Me da tristeza no ir a la ruina, quisiera descolgarme del mundo girando en peonza, implotando hacia abajo, pero no puedo, mi gen bueno es muy malo. Como diria un slogan barato, “lo quiero todo”. Espero tenerlo todo, tener mi barquito a la dulce deriva de una sirena capturada, con fondos de algas en frescas rias, con suaves medusas en soleadas playas.


Sevilla, Catedral-Mezquita. 2005

Lo quiero todo, un corazon en la montaña, que se llene del humo de las encinas, en un frio invierno madera quemada, en suave otoño calor en la almohada, lecho de carne en mis suaves garras, partir los troncos, sentir las piedras del rio, guijarros suaves jugando en mis tobillos. Lo quiero todo. Tener tus labios como trinchera, resguardo en sangrienta batalla, de juegos con sudor y lagrimas, sangre alborotada de piel tersa y erizada, donde una enamorada enfermera cura mis heridas de guerra.


Sierra Leona, Taller de albañileria. 2004


Lo quiero todo, tus pechos en mis labios, calor de mil voltios que arrasan con fuego todos mis sentidos, el tacto se funde, el olfato se embriaga, el gusto sucumbe y la vista me estalla. Pechos que dibujan dedos en el misterio de lo que sienten solo los que dichosos creen que unicamente ellos de verdad aman. Lo quiero todo, el dinero para quemarlo, los billetes de perla humo en incienso acaramelado dentro de un paraje mil veces olvidado, por viejos cuentacuentos en frias y cerradas noches de viento. Monedas que son de oro bajo tu cuello forjadas, ahora convertidas en eternos pendientes tartessos de una antigua Sevilla, joyas que felices yacen dormidas sobre tu cama.

Carretera Fez-Meknes, 1992


Tu pelo que con la brisa se te riza en la sonrisa, tus labios que susurran brillando a toda velociad cruzando como fuego fatuo en alfombra magica todos nuestros reinos palaciegos de inmensos parajes y heroes aventureros que como en las viejas peliculas se sienten felices de por si prisioneros, lejanos de un antiguo y perdidos de un recuerdo de lo que fue, es y sera, nuestra inabarcable ciudad.

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