lunes, agosto 01, 2005

Sobre la Muñeca

Madrid 2005.

El reloj a perdido el segundero, sobre la muñeca se crea la hora con la misma precision cientifica de antes, pero ya nada sera lo mismo. De vez en cuando lo miro, casi por pena, para dar alguna utilidad a un objeto que para mi estos dias carece de sentido. La vida aquí se mide con el sol y la luna, por el frio que se acerca cerrando poco a poco el estio, formando un temporizador que se lleva dentro de la cabeza. Los arboles sonando en la vaguada empiezan a enseñarnos su verdadero color por la clorofila escondido, la leña que empieza a quemarse, el musgo que despierta, olores de las primeras tormentas que expulsan la tremenda sequedad, tiñendo todo de un aroma unico, un perfume que solo se abre como milagro de un viejo santo en algun dia elegido. El pequeño segundero perdido, parece muerto, la estirpacion de tan inútil elemento lo a dejado inanimado en mi muñeca, ahora mis ojos humanos no ven ningun movimiento, pobrecillo, triste futuro para tan bello regalo... pienso mientras lo desabrocho y lo escondo en una vieja cajita llena de regalos rotos.