Mi Sueño Juvenil nº 41453

Las noches de la ciudad son nuestros mundos paralelos, donde se desarollan esos otros sueños. Todo se muta y disfraza, luz artificial que colorea de engañosos pigmentos las cosas, nuestros rostros y las almas que se esconden detrás de ellos. Los niños estan muy dormidos, lejos de todo, mas lejos que nunca de sus queridos padres, soñando cosas, buenas, malas y regulares, se que estan hay porque yo tambien e sido un niño.

No te aburras, madrid. 2005.

Las luces de la ciudad me giñan los ojos y yo aquí sentado pensativo y alejado, escuchado sin oir, sintiendo como los que me rodean entre trago y trago no paran de reir, hablar y otra vez reir. Son felices o infelices? eso es lo de menos a estas horas da igual, la luz de neon, el tungsteno incandescente engañaria al psiquiatra mas observador. Se acerca a mis labios la sexta cerveza o es la quinta? Mis ojos sonríen torpemente recibiendo al cristal con una tonta mueca de acto programado y dulce sumisión consentida... Desconexion.... La conversación se pierde al igual que lo hacen mis desenfocas ojos sobre el sucio arbero del suelo. El tiempo se ralentiza y tengo la sensación de que los demas me intuyen lento y sincronizado. Acaba de empezar la noche y no pienso dormirme.
Dos perros me atrapan en su juego, empiezo a seguir su polvorienta estela, sus carreras alocadas y pezuñadas, Se Embozan se enharinan. Entre saltos, mordiscos, acelerones, pausas, carreras frenticas interrumpidas con frenazos, choques contra mesas, saltando por las piernas, metiendose entre las sillas. Cuesta seguirles parece una fotografia con flash y a baja velocidad de obturación.

Obturandose en la calle. Sierra Leona. 2004.

Uno de los perros el mas pequeño y de rizos enmarañados, abandona su juego para dispararse detrás de un travesti que cruza visible delante de nosotros y que todas las noches que quiere o puede vende su sonrisa en los aledaños del puerto, orgulloso, bella y altiva mueve su cuerpo, es observado y es admirada . Me preguntan si quiero la séptima o sexta cerveza, yo hago un gesto como sin interes por rechazarla sabiendo que ya la tengo en mis manos, agradezco el gesto con un brindis absurdo por la paz en planetas no poblados y después un corto trago.
Un aullido tosco y comico no pasa desapercibido en el bullicio de la alameda. El chucho perseguidor ha sido sometido a un nada cariñoso patadon, es su enfrentado y no elegido enemigo, que ahora mas serio murmura alejándose por la oscuridad que separa unas farolas de otras.
-Puto chucho!...
Siempre la misma historia, todas las noches la misma patada, nunca aprendera. Y esa fijación por los uniformados, travestis y vendedores de flores?
-¿Alguien se viene a deleitar con la preciosa exposición?

Luz Piel. Madrid 2005.

Pregunto automatamente a la bulliciosa mesa del velador. Susurro a Samuel al oido.
-Anda ven, nos tomamos la cerveza deleitándonos con estos cuadros tan posmo.
A trabes de gabardinas, perros, piernas, mesas, nubes de hachis de tarifa y algun otro cliente dormido, llegamos a la zona del arte plastico, que en este caso roza el arte plasta a secas. El aumento de sangre en mi cabeza producido por el aumento de cordenadas Z al levantarme me a puesto eufórico, a cargado mis sentidos y mi ingenio. Samuel y yo empezamos a desvariar sobre el arte PACAG (PA CAGarla) y sus derivados subgéneros. Miro a los que me rodean y siento como facilisimo descubrir lo que piensan, lo que esconde su brillo.. Y digo yo ahora que esa noche nadie se podia esconder.

Luciernaga 2. Mad, 2005.

Me aventuro otra vez, en esta ocasión marcho al servicio, no hay nadie, parece que soy de los pocos románticos que usan el water. Me sumerjo en el universo de los jeroglíficos, graffitis en miniatura, meaos negros del suelo y olores a extraños mariscos que se esconden tras la minimalista y limpia puerta. Descargo mirando un cartelito que dice “maria (con la A de anarquia) ya no te quiero”, creo que son 4 cervezas y dos tragos de una maceta poco certera lo que meo. Mientras me livero de tan liquida carga, mi mente se relaja de manera proporcional a mis actos, un hormigeo que se desliza por la columna desde la cabeza y se zambulle en una dimesion desconocida que hay mas alla del suelo y de la oscura mierda, es un viaje hasta el fondo del retrete que se repite un millon de veces, convertido en un liberador placer, en un etílico divertimento.
Acabo de recobrar parte de los reflejos perdidos, un bostezo me hace incrementar el volumen del sonido, ahora suena mas cerca la musica y mas lejos los ruidos.
- Cuanto tiempo llevare dentro del servicio? (pienso ahora menos aturdido).

Luciernaga, Mad 2005.

La efuroa, el resultado enajenante, de agradable sensacion, de cierto y subjetivo dominio, lejania de ciertas cosas y exagerado contacto de otras, una anormal elevación de la altura sobre el suelo y una despreocupación liberadora que me aleja de la luz de lo que representa el dia. La noche saca a patadas se su dominio compartido a cualquier atisbo de lo que fue el dia.